De sobras es conocida la frase «A nadie le amarga un dulce». Ten siempre preparado algo de repostería en la nevera, armario, bote de cristal… que puedas ofrecer en el café o en cualquier momento. Son esos pequeños detalles los que marcan la diferencia. De esta manera ella (o él) entiende que tú cocinas por que te gusta, no para impresionarla/o (aunque en el fondo lo hagas… jajajaja).





























